En los últimos años, algunas personas testificaron en internet que Dios ya se ha hecho carne de nuevo y expresó Su palabra para hacer la obra de juzgar y purificar al hombre, lo que ha creado un revuelo nada despreciable en el mundo religioso. Refiréndose a esto, alguien publicó en internet: “Los cuatro evangelios dicen claramente que Jesucristo se apareció al hombre por 40 días en Su cuerpo espiritual después de Su resurrección. Cuando Él ascendió, dos ángeles le dijeron a los apóstoles de Jesucristo: ‘... Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo’ (Hechos 1:11). La Biblia dice claramente: Jesucristo ascendió al cielo en Su cuerpo espiritual, así que ciertamente vendrá en Su cuerpo espiritual. Por lo tanto, cuando Jesucristo venga de nuevo, no es posible que Él se haga carne”.
Esta pregunta provocó una gran controversia. Algunos dijeron: “Jesucristo volverá haciéndose carne carne”. Algunos dijeron: “Jesucristo no puede volver en forma carnal, sino en un cuerpo espiritual”. Estos dos puntos de vista suenan razonables. Sin embargo, ¿cómo diantres, aparecerá el Señor y obrará cuando regrese? Me quedé muy confundido: Ahora, muchas de las profecías en la Biblia ya se han cumplido y los últimos días han llegado. Si yo no sé cómo el Señor aparecerá y obrará, no lo recibiría a Él. Pensando en esto, me puse muy ansioso por encontrar la respuesta. Así que comencé a explorar y buscar con algunos hermanos y hermanas en el Señor en internet.
Gracias al Señor por Su plan. Conocí al hermano Pedro en internet. A través de mi comunicación con él, aprendí que él era un cristiano que sirvió celosamente al Señor durante muchos años. Después de que nos reunimos y exploramos juntos, encontré que, lo que él compartía era perspicaz y enriquecedor. Por lo que, le conté sobre mi problema. El hermano Pedro dijo con seriedad: “Muchos hermanos y hermanas piensan que cuando el Señor regrese, Él descenderá con las nubes, y aparecerá ante nosotros con Su cuerpo espiritual. De hecho, no sólo están las profecías que dicen que el Señor aparecerá en cuerpo espiritual en la Biblia. También hay muchas profecías que dicen que el regreso del Señor será la “venida del hijo del hombre”. Tal como, ‘Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre’ (Mateo 24:27). ‘Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre’ (Mateo 24:44). ‘Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que El padezca mucho y sea rechazado por esta generación’ (Lucas 17:24-25). Todas estas profecías mencionan que “el Hijo del Hombre viene” o “el Hijo del Hombre desciende”. Hablando de “el Hijo del Hombre”, significa una persona que nace del hombre y tiene una humanidad normal. El espíritu no puede ser llamado como “el Hijo del Hombre”. Es decir, el hijo del hombre se refiere a que Dios se hace carne como hombre y Él tiene ambas una humanidad normal y una divinidad completa. Especialmente estas palabras ‘Pero primero es necesario que El padezca mucho y sea rechazado por esta generación’. Si Dios aparece en un cuerpo espiritual, entonces no hace falta decir que no sufrirá por ello. Porque el cuerpo espiritual de Dios es extraordinario y grande, y el hombre no tiene ninguna concepción del cuerpo espiritual y no se atreve a acercarse a Él. Sólo cuando Dios está encarnado como el Hijo del Hombre, sufrirá el rechazo del hombre. Porque el hijo del hombre es ordinario en la apariencia exterior, el hombre no lo conoce y tendrá un concepto de Él, juzgando y condenando al Cristo encarnado. Esta es una prueba más de que el Señor volverá en Su forma de carnal.
Oyendo lo dicho por el hermano Pedro en conexión con la Biblia, comprendí el significado de estos versículos, y me sentí algo iluminado. Pensé: en el pasado, he leído estos versículos muchas veces, pero ¿por qué no tengo tal comprensión?
En este momento, el hermano Pedro dijo: “Hermano Li, puedes entender lo que compartí” Dije felizmente, “sí, puedo”.
El hermano Pedro continuó compartiendo, “¡Gracias a Dios! ¡Sigamos con nuestra comunicación y compartamos! En realidad, si podemos entender por qué el Señor se hace carne como Hijo del Hombre, cuando regrese, estaremos más seguros de que el Señor volverá en Su forma de canal. Ví un pasaje en un libro: ‘La salvación del hombre por parte de Dios no tiene lugar directamente a través de los medios del Espíritu o como el Espíritu, porque el hombre no puede tocar ni ver Su Espíritu, ni tampoco acercarse a Él. Si Él tratara de salvar al hombre directamente en la manera del Espíritu, el hombre sería incapaz de recibir Su salvación. Y de no ser porque Dios asumió la forma exterior de un hombre creado, sería incapaz de recibir esta salvación. Porque el hombre no puede acercarse a Él en absoluto, como nadie podría ir cerca de la nube de Jehová. Sólo volviéndose un hombre de la creación, esto es, poniendo Su verbo en la carne en la que se haría, puede obrar personalmente el verbo en todos los que le siguen. Sólo entonces puede el hombre oír por sí mismo Su verbo, verlo, recibirlo, y sólo a través de esto ser totalmente salvo. Si Dios no se hubiera hecho carne, ningún hombre de carne recibiría una salvación tan grande ni se salvaría un solo hombre. Si el Espíritu de Dios obrara directamente entre el hombre, sería herido de muerte o Satanás lo llevaría cautivo, porque el hombre es incapaz de relacionarse con Dios’ (‘El misterio de la encarnación (4)’). De estas palabras, podemos entender: No podemos ni ver ni tocar el espíritu de Dios, y no es fácil acercarse a Él. Si Dios obra a través de Su espíritu, no podemos obtener beneficios de la verdad y mucho menos ganar la salvación de Dios. Así como los registros bíblicos, ‘Y todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba; y cuando el pueblo vio aquello, temblaron, y se mantuvieron a distancia. Entonces dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros y escucharemos; pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos’ (Éxodo 20:18-19). ‘Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Y le he glorificado, y de nuevo le glorificaré. Por eso la multitud que estaba allí y la oyó, decía que había sido un trueno; otros decían: Un ángel le ha hablado’ (Juan 12:28-29). De estos versículos, podemos ver: Cuando Dios nos habla en el cielo, no podemos entender las palabras de Dios, ni comprender fielmente Su voluntad. En cambio, nos sentimos aterrorizados y temerosos y no nos atrevemos a cercarnos a Dios. Además, si Dios obra a través del espíritu, Él expresará el carácter majestuoso e iracundo de Dios. Al igual que en la Era de la Ley, mientras las personas cometieran pecados, serían quemados por el fuego celestial o apedreados hasta la muerte. Debido a que todos somos corruptos por Satanás, cada momento en que revelamos nuestro carácter corrupto, podemos ser fácilmente derribados por Dios por ofender Su carácter, finalmente perderemos completamente la oportunidad de ser salvados. Por el contrario, si Dios se hace carne como Hijo del Hombre y expresa la verdad desde la perspectiva de la humanidad, transformando el lenguaje divino en lenguaje humano, de habla simple para proveernos y guiarnos, entonces podemos captar más fielmente la voluntad de Dios y entender Su carácter. Por ejemplo, cuando revelemos el carácter de corrupción, conoceremos nuestra desobediencia y corrupción a través de la lectura de la palabra de Dios, para que podamos detener nuestros pasos hacia el mal en forma oportuna. Cuando somos débiles y pasivos, la palabra de Dios nos aminará, nos consolará y exhortará dándonos fe y fuerza… En resumen, el regreso del Señor en carne para realizar Su obra es lo más beneficioso para la salvación de la humanidad y es por el bien de una mejor salvación de la humanidad”.
Después de escuchar las palabras de Pedro, me sentí profundamente conmovida. Le dije: “En el pasado, con respecto al regreso del Señor, siempre viví con mis conceptos e imaginaciones, esperando que el Señor al regresar se nos apareciera en su cuerpo espiritual. No era consciente hasta entonces, de que la mejor forma de salvarnos, a esta humanidad corrupta, era que el hecho de que el Señor se haga carne como Hijo del Hombre para realizar Su obra cuando Él regrese. Jesucristo fue el Hijo del Hombre encarnado y lo que Él expresó fue todo en lenguaje humano que podamos entender. Como la parábola del sembrador, la parábola de la levadura y la parábola de la oveja perdida. Estas verdades han arraigado profundamente dentro de nosotros y han guiado la dirección de nuestro progreso. Estas verdades han arraigado profundamente dentro de nosotros y han arraigado la dirección de nuestro progreso. Si no podemos entender estas palabras expresadas por Dios, ¿Cómo podemos conocer a Dios, acercarnos a Él y ganar Su salvación? El Señor profetizó que Él expresaría más verdades para hacer la obra del juicio y purificación. El espíritu de Dios es Supremo y Santo. Así que si Dios realiza esta obra en un cuerpo espiritual de acuerdo a nuestra concepción, la gente como nosotros, que a menudo pecan y confiesan todos los días, viven en la esclavitud de los pecados y no pueden salir de ella, deben ser derribados por Dios debido a nuestros pecados y ni hablar de ser salvados y entrar en el Reino de los Cielos. Parece que solo cuando Dios se hace carne como Hijo del Hombre, al igual que Jesucristo, que se relacionó con la gente, sólo entonces habla y obra para juzgarnos y purificarnos, ¿Podemos conseguir la salvación de Dios, romper con el pecado y ser santos?
Después de escuchar mis palabras, Pedro se sintió conmovido y dijo: “Puedes dejar de lado tus ideas y concepciones, dándote cuenta de que el propósito de la segunda encarnación de Dios es salvar a la humanidad, ese es el efecto de la ilustración y guía de Dios. ¡Gracias a Dios! En realidad, cuando Dios se hace carne la segunda vez y realice Su obra, no solo él expresa la verdad para salvar a la humanidad, si no que hace una obra crucial, separando el trigo de la cizaña y las ovejas de las cabras, separando a todos según su especie y recompensando el bien y castigando el mal. Si el Señor hace Su obra en un cuerpo espiritual cuando Él regrese, todos lo tratarán respetuosamente y no se atreverán a resistirlo, ni siquiera la cría de Satanás tampoco se atreverá. Si es así, el Señor no se apoderará de los hechos para separar el bien del mal.
Un Libro espiritual dice: “Las nociones originales del hombre sólo se pueden revelar por medio de su contraste con el Dios encarnado. Sin la comparación con el Dios encarnado, las nociones del hombre no se podrían revelar;” (“La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios hecho carne”). Debido a que muchas personas no conocen al Cristo encarnado, Lo tratan como un hombre ordinario, resistiendo y condenando sin razón a Dios. Mientras que algunas personas pueden buscar humildemente, aunque no conozcan al Dios encarnado, pero sin saberlo, consiguen la guía y la iluminación del Espíritu Santo y reconocen al Cristo encarnado. Así como dijo Jesucristo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen;” (Juan 10:27). De esta manera, las ovejas pueden separarse de las cabras, y el trigo puede separarse de la cizaña. Si Dios no se hace carne para hacer Su obra en los últimos días, pensaremos en nosotros mismos como la persona que es la más leal a Dios, que ama más a Dios, y quien más merece las recompensas de Dios. Es precisamente porque la encarnación del Señor al regresar es normal y práctica, que las nociones y imaginaciones, la rebeldía y la resistencia dentro de nosotros están completamente expuestas. Por ejemplo, cuando Jesucristo se hace carne para obrar: Los fariseos y el pueblo judío vieron a Jesucristo como si fuera normal y ordinario en apariencia, por lo que lo consideraban como una persona ordinaria, juzgando indiscriminadamente, resistiéndose y condenándolo a Él. Dijeron que Jesucristo era el hijo de un carpintero y que expulsaba a los demonios de Belcebú, el príncipe de los demonios. No buscaron, en absoluto, la verdad expresada por Jesucristo. Sin embargo, los verdaderos creyentes en Dios, como Pedro, Juan y Nataniel, reconocieron la voz de Dios en la obra y la palabra de Jesucristo, lo siguieron de cerca y obedecieron Sus enseñanzas. Podemos decir que Dios lleva a cabo Su obra en los últimos días haciéndose carne para revelar a las ovejas y a las cabras, a los siervos y a los malvados, que manifiesta plenamente la omnipotencia y sabiduría de Dios y Su carácter justo.
Después de escuchar lo que compartió Pedro, mi corazón no podía calmarse por mucho tiempo. Previamente, yo simplemente sabía que cuando el Señor viniera de nuevo, Él recompensaría el bien y castigaría el mal, y separaría las ovejas de las cabras, pero yo no sabía cómo Él realizaría Su obra. Hasta entonces yo entendía, que el Señor haría esta obra en Su forma carnal cuando regresara y probaría si los creyentes en Él son verdaderos creyentes o con la obra normal y práctico del Hijo del Hombre, para que el bien pueda ser separado del mal. Tal obra de Dios es realmente demasiado sabia y no puede ser concebida y entendida por el hombre.
Después de un tiempo, Pedro me envió otro pasaje: “La primera encarnación fue para redimir al hombre del pecado por medio de la carne de Jesús, esto es, Él salvó al hombre desde la cruz, pero el carácter satánico corrupto todavía permaneció en el hombre. La segunda encarnación ya no es para que sirva de ofrenda por el pecado, sino para salvar por completo a los que fueron redimidos del pecado. Esto se hace de tal forma que los perdonados puedan ser librados de sus pecados, ser purificados completamente, y alcanzar un cambio de carácter, liberándose así de la influencia de las tinieblas de Satanás y regresando delante del trono de Dios. Sólo así puede el hombre ser plenamente santificado. […] Así pues, la segunda encarnación pondrá fin a toda la obra de Dios en la carne y completará el sentido de la encarnación de Dios. A partir de ahí, la obra de Dios en la carne habrá llegado totalmente a su fin. Después de la segunda encarnación, no se hará carne de nuevo por Su obra. Porque toda Su gestión habrá llegado a su fin. En los últimos días, Su encarnación habrá ganado totalmente a Su pueblo escogido, y todos los hombres en los últimos días habrán sido catalogados según su tipo. Él ya no hará más la obra de salvación ni regresará a la carne para llevar a cabo obra alguna” (‘El misterio de la encarnación (4)’). Y entonces él compartió conmigo: “La primera encarnación de Dios fue hacer la obra de redención para redimir a la humanidad del pecado; la segunda encarnación de Dios es hacer la obra de juicio y purificación para limpiar y cambiar a fondo a todos sus verdaderos creyentes, para que puedan llegar a ser las personas que están en consonancia con Su voluntad. Cuando Dios gana a aquellos que Él quiere salvar, Él realizará Su obra de separar todo según su clase y recompensar el bien y castigar el mal. Finalmente, Él traerá a toda la gente perfeccionada por Él al destino maravilloso. Por lo tanto, las dos encarnaciones de Dios han completado toda la obra del plan de gestión de Dios y completado el significado de Sus encarnaciones. Aparte de esto, no habrá una tercera o cuarta rencarnación de Dios”.
Oyendo lo que compartió Pedro y las palabras en el libro espiritual, mi problema finalmente fue resuelto. También entendí que la segunda encarnación de Dios es para realizar Su obra de concluir la Era y haber completado el significado de las encarnaciones de Dios. Desde entonces, Dios no se encarnará para hacer Su obra una tercera o cuarta vez. ¡Gracias a Dios! Parece que es muy importante aceptar la obra de la encarnación de Dios de los últimos días.
(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida
Escribir comentario