La venida de Cristo | Recibí el regreso del Señor al aprender a distinguir entre el verdadero Cristo y los falsos Cristos (Parte 1)
Un día, la hermana Zhou me dijo que la hermana Wang había invitado a una predicadora a venir a predicarnos, y me pidió que fuese a la reunión de nuestros compañeros de trabajo. Me apresuré a ir al lugar de la reunión después de recibir el mensaje y allí la Hermana Wang nos presentó a la predicadora, la hermana Ma Yan. Después de saludarnos, la Hermana Ma habló de las causas de la desolación de la iglesia, integrando algunos versículos de la Biblia en su comunión. Todos pensamos que había compartido de manera muy clara, que su comunión había venido del esclarecimiento del Espíritu Santo, y que había resuelto preguntas que nos habían desconcertado durante mucho tiempo.
Entonces, la hermana Ma siguió compartiendo, diciendo: “Hermanos y hermanas, el Señor Jesús que tanto, habíamos anhelado ha regresado. Él es Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días, y Dios Todopoderoso expresa Sus palabras y realiza Su obra de juicio empezando en la casa de Dios sobre la base de la obra de redención del Señor Jesús; esto es para salvarnos completamente de las ataduras del pecado, y para permitirnos ser purificados para que podamos entrar en el reino de los cielos. Así se cumple la palabra del Señor Jesús: ‘Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir’ (Juan 16:12-13). ‘Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final’ (Juan 12:47-48). Dios Todopoderoso ha terminado la obra de la Era de la Gracia y ha comenzado la obra de la Era del Reino...”
Una líder anciana en nuestra iglesia, la hermana Li, inmediatamente se puso de pie e interrumpió a la hermana Ma, diciendo: “No digas nada más. En los últimos días aparecerán falsos cristos para engañar a la gente y ¡no podemos escuchar a nadie que predique que el Señor ha venido!” Entonces, se volvió hacia nosotros y dijo: “‘Entonces si alguno os dice: “Mirad, aquí está el Cristo”, o “Allí está”, no le creáis. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos’ (Mateo 24:23-24). Ahora estamos en los últimos días; tenemos que tomar en cuenta las palabras del Señor Jesús y protegernos contra los engaños de los falsos cristos. ¡No debemos escuchar a nadie que predique que el Señor ha venido, o de lo contrario traicionaremos al Señor!” Entonces, la hermana Li se movió para despedir a la hermana Ma.
En ese momento, la hermana Ma dijo amistosamente: “Hermana, en Apocalipsis 22:12 hay una profecía: ‘He aquí, yo vengo pronto, […]’. Hay otra en el Capítulo 14:6: ‘Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo’. El Señor Jesús profetizó hace mucho tiempo que regresaría en los últimos días, y que predicaría el Evangelio eterno a la gente del mundo. Ahora que el Señor Jesús ha regresado, si no investigamos el camino verdadero por miedo a ser engañados por los falsos cristos, ¿no es esto “no comer por temor a ahogarse y correr el riesgos”? ¿No estaríamos entonces cerrando las puertas al Señor Jesús que ha regresado en los últimos días? ¿Estaría eso de acuerdo con la voluntad del Señor?” Escucharle decir esto conmovió mi corazón y pensé: “Sí, si sólo nos centramos en protegernos de los falsos cristos y no en buscar o investigar el evangelio del Señor en los últimos días, ¿cómo entonces podremos darle la bienvenida al regreso del Señor?”
La hermana Ma siguió compartiendo: “La Biblia también profetiza: ‘[...] Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va’ (Apocalipsis 14:4). La voluntad del Señor es que espera que estemos en guardia y esperemos Su regreso, y que sigamos de cerca los pasos de Su obra. El Señor Jesús ha regresado ahora como Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso, y no estamos traicionando al Señor cuando aceptamos la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, sino que estamos siguiendo el ritmo de los pasos del Cordero. Cuando el Señor Jesús hizo Su obra hace tantos años, los que se fueron del templo y aceptaron la salvación del Señor no estaban traicionando a Jehová, sino que estaban siguiendo el ritmo de los pasos de Dios. ¡Sólo la gente así son vírgenes sabias!”
Mientras escuchaba las palabras de la hermana Ma, pensé para mí misma: “Las palabras de esta hermana concuerdan con la Biblia. Deberíamos seguir de cerca al Cordero dondequiera que nos lleve. Si Dios Todopoderoso es el Señor Jesús regresado, entonces, al aceptar la obra de Dios Todopoderoso no estaríamos traicionando al Señor, sino que estaríamos siguiendo el ritmo de los pasos del Cordero. Pero ¿cómo podemos verificar que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús regresado?”
Justo cuando estaba a punto de hacer esta pregunta, la hermana Li volvió a levantarse de repente y dijo: “Hermanos y hermanas, no habéis creído en el Señor durante mucho tiempo y sois de estatura pequeña, así que os falta discernimiento de lo que estáis escuchando. Si lo que queréis es un sermón, yo os daré uno. El Señor me ha confiado Su rebaño, ¡así que debo hacerme responsable de vuestras vidas! ¡No escuchéis nunca el sermón de otro extraño!” La hermana Li entonces dijo violentamente a la hermana Ma: "¿Te vas o no? ¡Si no lo haces, me olvidaré de mis modales!” La hermana Ma quería seguir compartiendo con nosotros, pero la hermana Li le obligó a salir por la puerta.
Entonces, la hermana Li nos dijo: “Tenéis prohibido recibir a ningún otro extraño. ¡Quién lo haga será expulsado de la iglesia! Además, si alguien de la Iglesia de Dios Todopoderoso viene otra vez para evangelizaros, ¡debéis decírmelo de inmediato!
El enfoque de la hermana Li no me pareció bien, así que la refuté con firmeza, diciendo: “Hermana Li, Aquel en el que ponemos nuestra confianza es en el Señor Jesús y el camino que llevamos es el camino del Señor. Entonces, ¿de qué decepción debemos tener miedo? Además, tú eres una líder anciana en nuestra iglesia y siempre estás diciendo que tienes que ser responsable de nuestras vidas. Ahora que hemos escuchado a alguien dar testimonio de que el Señor ha regresado, ¿no deberías tomar la iniciativa para buscarlo e investigarlo? Si resulta que el Señor Jesús ha regresado de verdad y no lo buscamos o investigamos, ¿no estarás llevando a los hermanos y las hermanas a cerrarle la puerta al Señor?”
La hermana Li no me dio una respuesta directa, sino que dijo simplemente “Esto es por vuestro propio bien. Como vuestra estatura es pequeña, si no la hubiese echado, habríais acabado arrebatados por el Relámpago Oriental porque no tenéis discernimiento sobre lo que están predicando, y entonces, ¿no sería en vano vuestra fe?”
De verdad no entendía por qué la hermana Li había echado a la hermana Ma, y pensé para mí misma: “La Biblia dice: ‘No os olvidéis de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles’ (Hebreos 13:2). La Biblia nos dice de manera clara que debemos recibir a nuestros hermanos y hermanas con amor, pero la hermana Li está diciendo que no debemos recibir a ningún extraño. ¿Acaso no va eso en contra de lo que está escrito en la Biblia?” Pensé detenidamente acerca de lo que la hermana Ma había predicado y sentí que lo que había dicho era muy esclarecedor; su sermón había sido muy edificante y nos había permitido entender verdades que no habíamos entendido antes. Además, la hermana Ma había actuado con devoción; cuando la hermana Li la trató de esa manera, todavía pudo compartir con amor, y el camino que predicó parecía ser de Dios. Por otro lado, la hermana Li era una líder anciana en nuestra iglesia, y cuando escuchó a la hermana Ma dar testimonio del regreso del Señor, no sólo no lo investigó, sino que la echó inmediatamente. Su comportamiento mostró que le faltaba humildad o una actitud de búsqueda completamente. ¡Se había comportado como una persona completamente diferente a la que nos había estado predicando desde el podio!
Esa tarde, me quedé tumbada en la cama recordando todo lo que había pasado aquel día. Sentí que la palabra de la hermana Ma concordaba con la Biblia y las palabras del Señor, y quise seguir investigándola. Pero, entonces pensé en lo que había dicho la hermana Li, que en los últimos días aparecerían falsos cristos. Si, por casualidad, fracasaba en mi discernimiento y era engañada, y acababa traicionando al Señor, entonces toda mi fe no serviría de nada. Pero, entonces pensé de nuevo que si lo que la hermana Ma estaba predicando era verdaderamente el Evangelio del regreso del Señor Jesús y yo me negaba a investigarlo por miedo a ser engañada, ¿no estaría entonces perdiendo la oportunidad de darle la bienvenida al Señor? Había creído en el Señor durante todos esos años y había anhelado Su regreso todos los días. Por fin había oído a alguien compartir la noticia alegre del regreso del Señor, así que decidí que debía ser responsable de mi propia vida y no hacer a ciegas lo que mi líder decía. ¿Debería ir a buscar a la hermana Ma para indagar más? No sabía qué hacer, así que le supliqué al Señor en mi corazón y le pedí que me enseñase el camino para seguir adelante. Después de la oración, pensé en las palabras del Señor: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Lucas 11:9). “Sí,” pensé. “El Señor no quiere que cerremos las puertas de nuestros corazones y estemos en guardia. Deberíamos orar al Señor y buscar sinceramente, y mientras anhelemos y busquemos, el Señor nos esclarecerá y guiará”. Entonces me arrodillé y ofrecí una oración al Señor: “¡Oh, Señor! Si eres realmente Tú quien ha regresado, te pido que me ayudes a reconocerte y dar la bienvenida a Tu regreso. ¡Amén!”
Después de eso, pensé en Mateo 15:14: “[...] son ciegos guías de ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo”. Las palabras del Señor Jesús me hicieron pensar en cómo apareció y realizó Su obra hace todos tantos esos años. Los fariseos de aquel entonces no sólo se aferraron a sus propias ideas y se negaron a buscar o investigar el camino del Señor Jesús, sino que también llevaron a los justos a la condenación, resistiéndose y rechazando al Señor Jesús. Al final crucificaron al Señor Jesús en la cruz, y así sufrieron la maldición y el castigo de Dios. Como colaboradora en mi iglesia ahora que había oído a alguien compartir la buena noticia del regreso del Señor, tenía que tomar la iniciativa y buscar e investigar este camino. Sabía que no tenía que ser como los fariseos en absoluto, quienes se aferraron obstinadamente a sus propias ideas y no buscaron o investigaron, sino que simplemente rechazaron el camino del Señor Jesús sin pensarlo dos veces. Si hiciese esto, seguramente perdería la oportunidad de darle la bienvenida al Señor, y no sólo me perjudicaría a mí misma, ¡sino que posiblemente arruinaría las vidas de mis hermanos y hermanas! No podía convertirme en alguien que se opusiera a Dios, pero me di cuenta de que lo que debía hacer era ser responsable de las vidas de mis hermanos y hermanas, así como la mía propia. Al pensar detenidamente en esto, mi corazón de repente tuvo claridad y decidí ir a buscar a la hermana de la Iglesia de Dios Todopoderoso y seguir buscando e investigando el evangelio del regreso del Señor Jesús.
Continuará…
Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation.
Fuente: Caminando con Jesús
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