Entre ellos, el hermano Daniel dijo: “Poco a poco he perdido la paciencia y la tolerancia por mi familia y mis hijos, e incluso me enfado con ellos por cuestiones menores. Sé que esto no está en armonía con la voluntad del Señor, pero soy incapaz de cambiarme…”.
Y la hermana Victoria dijo: “Al ver que mis compañeros son mejores que yo y valorados por el jefe, he vivido en celos. Aunque a menudo oro y