“La autoridad de Dios” significa que todo depende de Dios.
Dios tiene el derecho de decidir
cómo será hecha alguna cosa,
y se hace de la forma que Él quiere.
Dios decide la ley de todas las cosas.
Esta ley no depende del hombre
y el hombre no puede alterarla.
No puede ser cambiada por la voluntad del hombre
sino sólo por los pensamientos,
la sabiduría y las órdenes de Dios.
Esto es innegable para el hombre.