¿Cómo pueden convertirse en los amados de Dios y tener la oportunidad de entrar en el reino de los cielos?

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Todos los que realmente creen en Dios quieren ser Sus amados y entrar en el reino de los cielos en el futuro. Por esta razón, muchas personas oran a Dios frecuentemente, se reúnen para acercarse a Él y hacen donación con buen gusto, e incluso entregarse a Dios para poder dedicarse completamente al servicio de Él, etc. Hagan lo que hagan, estas buenas obras no son suficientes para hacernos estar cualificados para entrar al reino de los cielos, aún necesitamos resolver nuestra raíz del pecado y lograr la purificación, solo así, podemos convertirnos en personas que se conforman a la voluntad de Dios y tener la oportunidad de entrar al reino de los cielos. Tal como profetiza el libro del Apocalipsis: “Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas a la ciudad” (Apocalipsis 22:14). Y Levítico dice: “[…] seréis, pues, santos porque yo soy santo” (Levítico 11:45).

A pesar de que tenemos algunas buenas obras externas, todavía vivimos en el pecado y pecamos involuntariamente. Por ejemplo, cuando nuestros familiares hacen algo que no es conforme a nuestra opinión, nos enojamos y les reprochamos, no mostramos ninguna tolerancia; cuando se trata de nuestros intereses, preferimos decir mentiras y hacer engaños que ser honestos. Pues ¿cómo es posible que merezcamos entrar así en el reino de los cielos? Y ¿cómo podemos dejar de vivir en el pecado? 

El Señor Jesús dijo: “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). “Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17). Dios dice: “Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad y se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre; no lo libró de la totalidad de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió que Jesús se convirtiera en la ofrenda por el pecado y cargara con los pecados del hombre, sino también que Dios realizara una obra incluso mayor para librar completamente al hombre de su carácter satánicamente corrompido. Y, así, ahora que el hombre ha sido perdonado de sus pecados, Dios ha vuelto a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio. Esta obra ha llevado al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida”.

Estas palabras nos informan que en los últimos días, el Señor expresará la verdad y hará la obra de juicio para resolver nuestro carácter corrupto, purificarnos y salvarnos por completo. Solo aceptando y experimentando la obra del juicio del regreso del Señor, podremos conseguir la purificación y convertirnos verdaderamente en los amados de Dios y ser raptados a Su reino.

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