Suele decirse que "las tormentas vienen sin avisar y la desgracia acontece de un día para otro". En esta era de rápida expansión de la ciencia, el transporte moderno y la riqueza material, cada día suceden más desastres a nuestro alrededor. Al abrir el periódico o encender la TV, sobre todo vemos guerras, terremotos, tsunamis, huracanes, incendios, inundaciones, accidentes aéreos, desastres mineros, agitación social, conflictos violentos, atentados terroristas, etc. No vemos más que calamidades naturales y desastres provocados por el hombre. Dichos desastres ocurren con frecuencia y cada vez son más intensos. La embestida de los desastres acarrea sufrimiento, sangre, mutilaciones y muerte. Siempre hay desgracias a nuestro alrededor que hacen notar la brevedad y fragilidad de la vida. No podemos predecir qué tipo de desastres afrontaremos en el futuro, ni tampoco sabemos cómo deberíamos actuar. Como integrantes de la humanidad, ¿qué debemos hacer para librarnos de estos desastres? Hallarás la respuesta en este programa. Descubrirás el único modo de recibir la protección de Dios para sobrevivir a los desastres inminentes.
Los últimos días ya han llegado. Ahora ocurren con frecuencia varios desastres. Esto se cumple la profecía del Señor Jesús: "Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares”(Mateo 24:7).
Dios dice: “Echa un vistazo a la época del arca de Noé: la humanidad era profundamente corrupta, se había desviado de la bendición de Dios, Él ya no cuidaba más de ella, y había perdido Sus promesas. Vivía en las tinieblas, sin la luz de Dios. Así pues, los hombres se volvieron licenciosos por naturaleza, abandonados a sí mismos a una depravación horrible. Tales hombres ya no podían recibir la promesa de Dios; no eran dignos de ver el rostro de Dios, ni de oír Su voz, porque lo habían abandonado, habían dejado de lado todo lo que Él les había concedido, y se habían olvidado de las enseñanzas de Dios. Su corazón se apartaba más y más de Dios, y conforme lo hacía, se volvieron depravados más allá de toda razón y humanidad, y cada vez más malvados. Así pues, cada vez se acercaron más a la muerte, y cayeron bajo la ira y el castigo de Dios. Sólo Noé adoró a Dios y se apartó del mal, y por eso fue capaz de oír Su voz, y Sus instrucciones. Él construyó el arca siguiendo las instrucciones de la palabra de Dios, y reunió a toda forma de criaturas vivientes. Y de esta manera, una vez que todo se había preparado, Dios desató Su destrucción sobre el mundo. Sólo Noé y los siete miembros de su familia sobrevivieron a la destrucción, porque Noé adoró a Jehová y se apartó del mal”.
A partir del asunto que Dios le ordenó a Noé que construyera un arca, podemos ver que aunque la humanidad estaba corrompida profundamente, Dios no estaba dispuesto a destruirla. Como la humanidad había sido creada por Dios, Él la había tratado como Su amada. Antes de que Dios destruyera el mundo con el diluvio, Él le ordenó a Noé que construyera un arca mientras difundiera el evangelio. Pero la humanidad de aquella época no sólo no se arrepintió ante Dios y siguió oponiéndose a Él. Al final, Dios se vio obligado a destruir a esa humanidad corrompida que se lo oponía. Sólo Noé y su familia recibieron la salvación de Dios.
La humanidad es malvada y corrupta en los últimos días, y los desastres ocurren con frecuencia, ¿la ira de Dios ha caído sobre la gente? ¿Cómo podemos obtener la misericordia de Dios? Haga clic en el enlace para comunicarse y discutir con nosotros.
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