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De la promesa de Dios hacia Abraham, se ve que la Palabra de Dios posee autoridad y poder


Devocional cristiano | De la promesa de Dios hacia Abraham, se ve que la Palabra de Dios posee autoridad y poder

 

 

Ahora mucha gente está testificando por Internet que el Señor Jesús ha regresado y ha publicado muchas verdades. Entonces ¿cómo debemos distinguir la voz de Dios para poder recibirlo? Hoy, mediante la promesa de Dios a Abraham, conocemos la primera característica de Sus palabras: Las palabras de Dios tienen autoridad y poder.

 

Cuando Abraham tenía noventa y nueve años, Dios se le apareció y le dijo: “En cuanto a mí, he aquí, mi pacto es contigo, y serás padre de multitud de naciones. Y no serás llamado más Abram; sino que tu nombre será Abraham; porque yo te haré padre de multitud de naciones. Te haré fecundo en gran manera, y de ti haré naciones, y de ti saldrán reyes” (Génesis 17:4-6).

 

La Palabra de Dios dice: “A partir de una lectura detenida de estas palabras no resulta difícil descubrir que la autoridad y la identidad de Dios se revelan con claridad en el lenguaje de Sus afirmaciones. Por ejemplo, cuando Él declara: ‘Mi pacto es contigo, y serás… te he hecho… te haré…’, frases como ‘tú serás’ y ‘Yo haré’, cuyo lenguaje conlleva la afirmación de la identidad y la autoridad de Dios, son, en un aspecto, un indicativo de la fidelidad del Creador y en otro, palabras especiales usadas por Dios, quien posee la identidad del Creador, y que a la vez forman parte del vocabulario convencional. Si alguien dice que espera que otra persona sea sumamente fructífera, que de ella se formen naciones y salgan reyes, es sin duda un tipo de deseo, y no una promesa o una bendición. Por ello, las personas no se atreven a decir ‘yo te haré esto y aquello, tú harás esto y aquello…’, porque ellas saben que no poseen tal poder; es algo que no está en su mano, y aunque expresaran tales cosas, sus palabras serían vacías y sin sentido, y estarían impulsadas por su deseo y su ambición. […] En sus corazones todos saben claramente que no poseen el poder para lograr tales cosas, porque su todo escapa a su control; ¿cómo podrían, pues, ordenar el destino de otros? Sin embargo, la razón por la que Dios sí puede pronunciar estas palabras es que posee esa autoridad, y es capaz de cumplir y realizar todas las promesas que le hace al hombre, y de materializar todas las bendiciones que le concede. El ser humano fue creado por Dios, y para Él sería un juego de niños hacer que alguien sea sumamente fructífero; prosperar a los descendientes de alguien sólo requeriría una palabra suya. Él nunca tendría que apurarse para lograr algo así, ni romperse la cabeza o enredarse; este es el poder mismo de Dios, Su autoridad misma”.

 

Después de que se pronunciaron las palabras de Dios, los hechos se cumplieron. Abraham no solo tuvo un hijo, sino que muchos más descendientes, que se han extendido por todo el mundo hasta el día de hoy. Cada palabra hablada por Dios muestra autoridad y poder del Creador, y también manifiesta identidad y estatus de Dios. Cualquiera que escuche la Palabra de Dios puede afirmar en su corazón que esta es la voz del Creador y teniendo inconscientemente temor de Dios.

Al hablar de esto, no cabe duda de que todos ya han conocido la primera característica de la Palabra de Dios: Las palabras de Dios tienen autoridad y poder. 

 

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Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

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