Hay muchas Escrituras bíblicas que profetizan que el Señor vendrá en secreto, y mucha gente pasa por alto esto. Por eso, todavía no han recibido al Señor. La Biblia dice: “Mirad que vengo como ladrón […]” (Apocalipsis 16:15). “Pues así mismo estad vosotros igualmente apercibidos, porque a la hora que menos penséis ha de venir el Hijo del hombre” (Mateo 24:44). “Porque como el relámpago brilla y se deja ver de un cabo del cielo al otro, iluminando la atmósfera, así se dejará ver el Hijo del hombre el día suyo. Mas es necesario que primero padezca muchos tormentos y sea desechado de esta nación” (Lucas 17:24-25). Estas profecías mencionan que el Señor vendrá como un ladrón, eso significa que vendrá en silencio, en secreto. La expresión “Hijo del hombre” se refiere a Aquel que nace de un ser humano y posee una humanidad normal, al igual que el Señor Jesús, quien se le llamó Hijo del hombre, Cristo, era una persona común en apariencia y tenía una vida normal como una persona corriente. Por lo tanto, la expresión “el Hijo del hombre el día suyo” mencionada en esta profecía quiere decir que el Señor descenderá por medio de la encarnación. Si el Señor Jesús desciende públicamente sobre las nubes con Su cuerpo espiritual resucitado, con gran señal, entonces todas las personas se postrarán en el suelo y nadie osará resistirsele. En este caso, ¿padecerá mucho y será rechazado por esta generación? Solo cuando Dios se haga carne y venga entre la gente como una persona ordinaria y normal, el hombre no conocerá a Él, por lo que se lo opondrá y lo rechazará. A partir de aquí, se puede ver que las profecías dichas por el Señor acerca de Su segunda venida se aluden a que Dios se encarnará en el Hijo del hombre y volverá en secreto en los últimos días.
Dios dice: “Dios está encarnado en el continente chino, lo que los compatriotas de Hong Kong y Taiwán llaman el interior. Cuando Dios descendió de lo alto a la tierra, nadie lo supo en el cielo ni aquí abajo, porque este es el verdadero significado de que Dios regrese de un modo oculto. Durante largo tiempo ha estado obrando en la carne y viviendo, aunque nadie se ha enterado. Incluso hasta el día de hoy, nadie lo reconoce. Tal vez seguirá siendo un enigma eterno. Esta vez, la venida de Dios en carne no es algo de lo que cualquiera pueda ser consciente. Independientemente de que la obra del Espíritu sea a gran escala y poderosa, Dios siempre mantiene la compostura, sin delatarse nunca. Se puede decir que es como si esta etapa de Su obra se está llevando a cabo en el ámbito celestial. Aunque sea algo perfectamente obvio para todos, nadie lo reconoce. Cuando Dios acabe esta etapa de Su obra, todos despertarán de su largo sueño y revertirán su actitud del pasado. […] Al amanecer, sin que nadie lo supiera, Dios vino a la tierra e inició Su vida en la carne. Las personas fueron totalmente inconscientes de ese momento. Quizás estaban todos dormidos; tal vez muchos de los que estaban despiertos y vigilantes esperaban, y es posible que muchos estuvieran orando en silencio a Dios en el cielo. Sin embargo, entre toda esta cantidad de personas, nadie supo que Dios ya había llegado a la tierra”. Hoy en día, el Hijo del hombre encarnado ya ha venido en secreto entre nosotros, expresando la verdad y haciendo la obra de juzgar y purificar al hombre. Solo encontrando las declaraciones de Dios durante Su obra secreta, aceptando y siguiendo tras confirmar que ellas son la voz de Dios, podremos recibir al Señor.
Escribir comentario