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Se debe saber al recibir al Señor: ¿Cómo reconoció la mujer samaritana al Señor Jesús?


 

Prédica cristianaSe debe saber al recibir al Señor: ¿Cómo reconoció la mujer samaritana al Señor Jesús?

 

El Señor Jesús llevó a cabo la obra entre los hombres durante tres años y medio, y muchos lo siguieron, pero muy pocos reconocieron que Él era el Mesías. La mujer samaritana era una de ellos, ¿cómo logró esto?

 

Echemos un vistazo a la conversación que tuvo con el Señor Jesús mientras sacaba agua de un pozo. “Jesús le dice: Ve, llama á tu marido, y ven acá. Respondió la mujer, y dijo: No tengo marido. Dícele Jesús: Bien has dicho, No tengo marido; Porque cinco maridos has tenido: y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. Dícele la mujer: Señor, paréceme que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalem es el lugar donde es necesario adorar. Dícele Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalem adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos: porque la salud viene de los Judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Dícele la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo: cuando él viniere nos declarará todas las cosas. Dícele Jesús: Yo soy, que hablo contigo. […] Entonces la mujer dejó su cántaro, y fué á la ciudad, y dijo á aquellos hombres: Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿si quizás es éste el Cristo?” (Juan 4:16-29).

 

A través del diálogo entre la mujer samaritana y el Señor Jesús, podemos ver dos puntos clave: primero, ella creyó que Dios era capaz de escudriñar lo más profundo del corazón del hombre. Cuando el Señor Jesús le contó su secreto interior, que había tenido cinco maridos, se dio cuenta de que Él no era una persona común, porque nadie, excepto Dios, tenía tal autoridad y poder. En segundo lugar, la mujer samaritana tenía un corazón humilde de la búsqueda. Cuando el Señor Jesús expuso su secreto indescriptible, aunque ella no quiso tocar este tema, no dejó de hablar con el Señor, sino que continuó buscando a Él hasta que resolvió su confusión y le hizo entender cómo adorar a Dios para ser conforme a Su voluntad. Estas fueron la razón por la cual reconoció que el Señor Jesús era el Mesías venidero.

 

Ahora ya estamos en los últimos días, en el momento crítico de la venida del Señor. Cuando alguien nos da testimonio de que el Señor ha venido y ha expresado palabras una vez más, también debemos buscar humildemente como la mujer samaritana para escuchar si esas palabras tienen autoridad y poder o no, si pueden revelar los secretos en el fondo de nuestro corazón que nadie sabe, resolver nuestros problemas y dificultades y mostrarnos el camino de práctica. En cuanto reconocemos la voz de Dios en estas palabras, lo aceptamos y seguimos, entonces somos los que reciben a Dios.

 

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